miércoles, 2 de diciembre de 2009

Las cebras de La Paz….


En la capital económica de Bolivia, La Paz, se encuentran unas cebras que vigilan el tráfico… no es ningún cuento. Es cierto!

El gobierno boliviano inició este programa “educadores urbanos” en 2005… La idea era dar trabajo a los chavales del Alto, la parte más pobre de La Paz. Esos chavales van disfrazados de cebras y ofician de controladores del tráfico.

Al principio fue muy difícil para ellos hacerse respetar como vigilantes y controladores del tráfico urbano pero poco a poco lo consiguieron.

Pero ahora parece que les está yendo bien. Hasta incluso pasean en grupo por las calles y tienen su propia furgoneta color cebra...



La Chacaltaya... el no glaciar...


La Chacaltaya era glaciar que ya no es… dicen desapareció por el calentamiento global. Mi amiga Nicky, inglesa, trabaja en una organización de prevención del medioambiente. Me aviso que el día sábado 24 de octubre iba a ser el día internacional de la toma de consciencia de la cantidad de CO2 que desechamos en la capa de ozono.


Por lo visto, para que la tierra pueda ser sostenible, no hay que desechar más de 350ppmm. Eso fue la campaña difundida al nivel mundial aquel día, cada ciudad, o sitio manifestando este hecho de su forma. Aquí en La Paz, las organizaciones fomentando este evento decidieron subir al antiguo glaciar de la Chacaltaya, montaña a una hora de La Paz, para apoyar esta reivindicación


Linda idea, si no fuera que a pesar de la previsión del tiempo favorable empezó a nevar. Nevó tanto que los autobuses que nos llevaron arriba tenían dificultades para bajar. Tuvimos que bajar andando un buen rato haciendo huella para que pudieran descender los autobuses que se encentraron atrapados arriba.


Fue toda una Odisea…. Divertida pero a la vez muy fría… me congele por no estar preparada contra el frío… como la mayoría de las personas que subieron conmigo a la Chacaltaya.
Pero valió la pena. Aunque estuviera en la cama con fiebre los días siguientes… http://www.350.org/about/blogs/day-surprises-mountains-bolivia

Cocinar en La Paz, a casi 4000m… un experimento químico…

Cocinar en La Paz, a casi 4000m… un experimento químico…
Los que me conocen saben cuánto me gusto cocinar… púes, aquí en La Paz, cocinar equivale en entrar en un laboratorio químico y buscar el dopaje perfecto para conseguir una mezcla concreta.

Sorpresa y frustración a la hora de cocinar algo tan sencillo como el arroz… ni siquiera eso me salía bien… Lo hablamos con Nelly y me comentó algo bastante divertido. Me dijo que en La Paz, cualquier cosa que sale mal, le echan la culpa a la altitud!!! Claro, obvio!!! Porqué no lo pensé antes: es culpa de la altitud!!!! A casi 4000m hay menos oxigeno!!! Nos cuesta al principio subir 2 manzanas por falta de oxigeno hasta que el cuerpo se acostumbra y produzca más glóbulos rojos para facilitar la absorbición de oxigeno. Fue entonces cuando entendí que todo lo que cocino aquí necesita más tiempo de cocción debido a la falta de oxigeno… el fuego no es tan fuerte porque no tiene tanto oxigeno… de allí ya empecé a cocinar de nuevo con ganas… y sobre todo con más paciencia…
La cocina Boliviana no tiene nada que ver con al Brasilera… pero aún así probé algunos platos riquísimos como la sopa de maní, la sopa de quinua, el pique macho, El pollo al tambor, el aji de trucha… Qué deli…





El arte de coquear…


No me entusiasma coquear… lo he probado… pero no… prefiero la infusión de coca, el mate de coca como lo llaman aquí aunque mis amigos argentinos no están nada de acuerdo para llamarlo así…

Pues, coquear es todo un arte, que lo haga un minero de Potosí o un ejecutivo de La Paz! Y hace cientos de años que esta práctica existe en Bolivia… existía ya antes de que llegaron los españoles a conquistar el continente…

Primero hay que conseguir hojas de coca adecuadas. Luego hay que saber cómo sacar de cada hoja el hilo central de forma casi estética, almacenando las hojas en un lado de la boca hasta tener la cantidad adecuada. Para ayudar a controlar los efectos dosis de la coca existe el catalizador que esta hecho de cenizas… hay que dosificar bien la cantidad de catalizador que se hecha a las hojas hay metidas en la boca… y dejar que la saliva haga el trabajo… Hay que respetar esta costumbre… mucha gente en Bolivia coquea o bolea o como dicen los Aymaras, Akhllican….o en Quechua, Pijchan….
A mi me desagrada el sabor fuerte de la coca… en infusión está mucho mejor… pero no coqueo o boleo o akhllico o pijcheo… pero lo respecto.

Vivir en La Paz... vida cotidiana en la magia de los Andes


Mi compañera de piso se llama Nelly. Es colombiana. Como muchos extranjeros que conozco en La Paz, trabaja para una cooperación internacional.

Es muy linda persona y me encanta su forma de hablar el castellano con este ritmo musical tan agradable al oído. Cada vez que la escucho hablar, me veo proyectada en un lugar tropical donde suena el ritmo de la salsa y donde el sol calienta tierra, agua y alma…

Ya os podéis imaginar que cada día un una maravilla escuchar hablar a Nelly aunque aquí en La Paz a casi 4000m no se puede hablar de clima tropical para NADA!!!

Mi fascinación por las diferentes formas de hablar el castellano está creciendo aquí. Estoy conociendo gente de todo el continente y disfrutando de los diferentes acentos así que de las diferentes formas de decir una misma palabra… la verdad es que este tema me frustra a veces puesto que ya no sé cómo hablar el idioma… hay tantos matices y según con quien estoy, tengo que hablar de una forma determinada… pero eso soy yo (el “tengo que” adaptarme…)….



El día al día en La Paz, empezó como un cuento… Después de la decepción de encontrarme sin trabajo en la ONG de microcréditos con la cual había contactado desde Europa, decidí dejarme llevar… algo que aprendí en los últimos meses… Me fue muy bien y me sigue yéndome muy bien! Dejándome llevar, conocí a Dieter, un chico que Lucas, el amigo Argentino con cual viajé un par de semanas, conoció en el Salara de Uyuni. Dieter es Boliviano-Mexicano. Me presentó a sus 2 hermanas que viven en La Paz antes de regresar a México. Es así que entre en la Bienal, un encuentro artístico bianual que ocurre en La Paz. Este evento, invita a todos los artistas latinos a participar en el tema del momento. También hay artistas invitados de países Europeos. Conocí a “harta gente” (como dicen los bolivianos).




También volví a encontrarme con viajeros que conocí en un momento determinado en Bolivia. Gustavo, un chico que conocí en Santa Cruz, el que le habían robado y que no pudo seguir el viaje con Sharon y conmigo en el ruta del Che, de pronto apareció en La Paz… para en el congreso de historia le los estudiantes latino americanos.
Entre la Bienal y el Congreso de Historia, me ocupé mucho. Fueron 2 semanas de aprendizaje, al nivel artístico como en términos de historia del continente. La pase bien. Me sentí como una niña pequeña absorbiendo todo lo que la vida le ponía delante.

La mayoría de la gente que conocí durante estos 2 eventos simultáneos, hoy son mi amigos-compañeros de mi día a día aquí.



Justo cuando menos lo estaba esperando, encontré mi camino profesional. Hoy colaboro con una entidad especializada en microfinanzas y que apoya al sector en cuestión en Bolivia. Es muy interesante y objetivo final, muy gratificante: se trata de erradicar la pobreza dando posibilidad de crédito a pequeños emprendedores que no pueden solicitar un préstamo a un banco comercial clásico. Hay miles de historias que personas cotidiana beneficiaria de un tipo de microcrédito que están muy agradecido al sistema microfinanciero.
Por fin, estoy empezando a sentirme útil…

martes, 20 de octubre de 2009

Copacabana, Isla del Sol


También Copacabana nos recibió con música…lo mismo sucedió al llegar a la Isla del Sol… No hay más duda: el paraíso nos está siguiendo!!!

Sé que no es un mar, pero siempre me venía esta palabra a la boca cuando me refería al lago Titicaca. Un paisaje inefable… quedamos todos callados a la vista del lago. Había salido el sol y hacia un tiempo magnifico… El cielo de un azul intenso con unas nubes inmaculadas que parecían gigantescos dulces de algodón y el sol brillante reflejando su silueta coqueta en el agua… La tierra seca, con su vegetación amarilla parecía de oro por los rayos de sol que la acariciaba… Colores penetrantes, vivos, llenos de alegría… Un instante…el viento nos acarició la cara como para susurrarnos que no estábamos soñando y trayendo olores a frescura, naturaleza fresca… a renacimiento… En aquel momento tenía ganas de abrazar al mundo y decirle cuanto le quiero.


Vivimos en un planeta bien hermoso que me seduce de miles de formas distintas desde que emprendí el viaje… me sentí llena de una inmensa alegría… algo nuevo estaba renaciendo dentro de mí… será que me estoy sintiendo viva de la forma la más natural… estoy bien feliz… Cruzamos el trecho que nos llevaba a Copacabana en barquito. El bus también se iba en una lancha pero mucho más grande. Nos contó una chica boliviana que antes la gente seguían en el bus mientras cruzaba el trecho en barca hasta que un día ocurrió un accidente fatal donde murieron unas colegiadas que iban a pasar unos días en Copacabana… Llegamos a Copacabana enteros y seguros… y con un compañero de viaje más: Diego. Adivinad de donde es Diego? Si, si… otro argentino. Vaya sorpresa... En el barco empezaron a hablar el y Lucas y de pronto cuando llegamos a la ciudad se ánimo a buscar alojamiento con nosotros. La única noche que pensamos quedarnos en Copacabana antes de ir a la Isla del Sol se transformó en dos… Nos volvimos a encontrar con Jack y su familia en Copacabana. Jack es un niño de 6 años nacido en Australia que conocimos en el hostal donde alojábamos en Coroico. Jugamos con el en la piscina helada el primer día que llegamos al hostal. De allí conocimos a sus padres Sally y Matt, ingleses. La familia Ringrose al completo nos calló muy bien y disfrutamos de mucho tiempo juntos en Coroico. Cuando se fueron de Coroico nos comentaron que iban a estar unos 3 o 4 días en Copacabana y de buscarles allí si llegábamos a tiempo desde Sorata. Pero como no fuimos a Sorata por el mal tiempo y la ruta peligrosa, les buscamos al llegar en Copacabana. Así fue como volvimos a disfrutar de más tiempo, todos juntos.
Sally nos ofreció una clase de yoga en nuestra última tarde en Copacabana antes de irnos para la Isla. Es muy buena profesora. Y la vista que teníamos hacia la bahía mientras hacíamos el saludo al sol, era extraordinario! Acabamos la clase llenos de energía positiva, y justo a tiempo para disfrutar de una puesta de sol más bella.





La energía que había en la Isla del Sol era imponente. Todos los notamos… nos dejamos llevar. La primera noche, vimos una luna cerca de estar bien llena y supimos que nos teníamos que quedar más tiempo en la isla para ver la luna llena salir desde las entrañas de la cordillera real, subir y subir, hasta reflejarse en el lago como una linterna.



El hostal ecológico y acogedor de la Isla, el agua del lago tan clara y de diferentes tonos de azul-verde, la vegetación llena de eucalipto, otra clase en yoga frente al lago, el partido de volley ball, el fuego con olor a eucalipto acompañado de una melodía de guitarra y voces cantando canciones alegres… recuerdos tan lindos de nuestra visita allí, que quedarán conmigo para siempre.

domingo, 11 de octubre de 2009

Coroico, Los Yungas (La Afro-Bolivia)


Coroico nos recibió con música y baile. A lo grande!!! Si señores!!! Porque lo valemos!!! Una fiesta en nuestro honor. Jejeje…

La verdad, es que pienso que el paraíso nos está siguiendo desde que estamos viajando… puede sonar un poco pretencioso pero porque no pensar así de vez en cuando?!!
A penas bajados del bus y todavía buscando dónde alojarnos nos cruzamos con un desfile de gente alegre bailando al ritmo de unos músicos muy determinados y con vestidos de colores vivos.



Casi todo el pueblo estaba allí para mirar el evento! Aquella melodía, que tenía algo de ritmo militar… nos parecía divertida aquella noche… y nos acompañó casi todos los días que pasamos en Coroico. Os puedo asegurar que el último día allí, ya no la podíamos aguantar!!! La verdadera música Afro Boliviana, la escuchamos en un bar de La Paz donde suenan las percusiones con ritmos Saya. Bailamos encima de la barra. Fue una velada muy linda donde me hice unas amigas negritas…

Durante la época del comercio triangular, llegaron unos esclavos africanos a Bolivia para trabajar en las minas. No se acostumbraron al frío de las alturas de los Andes y al duro trabajo de la minas así que se rebelaron. Huyeron hacia la selva Amazónica y encontraron un clima tropical más similar a su entorno de origen en los Yungas Bolivianas (región entre los Andes y la Amazona). Hoy los descendientes de estos esclavos (unas 5000 personas) viven en Coroico y en las ciudades vecinas de Tocaña, Yolosa y Guanay.
El camino para llegar a Coroico fue todo un espectáculo. Primero subimos a 4800m donde hacia mucho frío y el paisaje seco y amarillo. Luego bajamos a unos 1700m donde el clima tropical nos acogió con su calor húmedo, todo verde. Aquí hay bananeros en todas partes. Se cultiva también la coca, el café, y cítricos como la mandarina y la naranja. Es paisaje es muy pintoresco. Montañoso con un súper relieve.

Los negocios de la ciudad los llevan muchos europeos que han venido a instalarse allí hace 10-20 años para algunos. Conocimos a Hans, llamado aquí Juan, un alemán que llevan más de 10 años viviendo allí. Tiene un pequeño negocio de pastelería / artesanía que vende en un restaurante-tienda buenísimo. Allí fuimos a desayunar un día y a comparar pasteles ricos y pan. Juan también vende su pastelería a otros negocios llevado también por europeos. A Juan lo conocimos por su hija, Catalina, en la fiesta del pueblo la noche que lleguemos en Coroico. Como decía antes había un desfile cuando llegamos.
Después de preguntar a muchos, nos enteramos de que se celebraba San Miguel de Apanto. Fuimos a bailar con el resto de pueblo una vez instalados en un hostal bastante pésimo (teníamos más ganas de participar en la fiesta que de buscar un lugar cómodo para dormir). Al llegar a la “pista de baile”, Noe, Lucas y yo nos sentamos para mirar a la gente. Noe tenía ganas de bailar pero no se atrevió ir sola. Catalina que estaba allí bailando, insistió en que vayamos a bailar con ellos. Me lleve a Noe y empezamos a conocer el grupito de jóvenes bailando. Catalina habla muy bien castellano pero con un acento mezclado entre el mexicano y el inglés. Pablo que es boliviano, habla castellano con un acento Chileno por haber vivido últimamente. También estaba Farra, inglesa aprendiendo.
De 3 pasamos a ser 4: a Teresita la conocimos en el restaurante donde fuimos a desayunar a la mañana siguiente a la fiesta. La vista de aquel lugar era impresionante. Desde allí se veía la sierra de las Yungas, montaña tras montaña hasta el horizonte y todo de un verde tropical intenso! Nos encantó desayunar allí por la vista.

Así que Teresita también estaba viajando sola y como nos cayo muy bien. Sumamos 3 argentinos y yo!!! Todos tomando mate (el de verdad por favor!!! Porque aquí en Bolivia también llaman mate a la infusión de coca y eso le pone nervioso a Lucas)!!! Jejeje… Esos Argentinos tan orgullosos de su cultura!!!

Obviamente, con tantos argentinos era imposible no hacer una asado. Cosa que hicimos en la casa de Juan donde nos invito su hija Catalina. Estuvimos un buen grupo allí el domingo después de visitar la Senda Verde que es como un refugio para los animales salvajes heridos. En el camino allí nos pillo una lluvia tropical muy fuerte y tuvimos que buscar refugio de bajo de la entrada de una casita. Fue divertido! Fue una noche bonita y al asador (Lucas) le salio muy rica la carne.

El último día que pasamos en Coroico, nuestro club de 4 fuimos a una excursión al Rio Negro… supongo que el color negro va con el mestizaje local (jeje). Tuvimos un buen guía, Agustín. Nos bañamos en una cascada helada.

Caminando por la calle, de repente sentí una mano dentro de la mía. Me asuste y miré a quien patencia la mano. Era la de una mujer major negrita que me estaba sonriendo… me miraba fijamente y me preguntó de dónde era… seguro que África… fue un encuentro emocionante… se leía en sus ojos una alegría inmensa por conocerme… nos invitó a su casa pero infelizmente no pudimos ir… Es una cita que tengo pendiente antes de dejar Bolivia.

Al salir de Coroico, nuestra idea, era de agarrar la ruta del oro yendo de pueblo en pueblo hasta llegar a Sorata, un antiguo pueblo colonial bien preservado que la gente dice muy lindo. El tema es que desde que lleguemos a Coroico estuvo lloviendo cada día o por la mañana o por la tarde (está empezando la época de la lluvia). Nos dijeron que por eso el camino que querríamos recoger no era seguro y que probablemente tuviéramos de hacer parte del camino en burro… Ya estábamos hablando de muchos días de viaje para llegar a Sorata. A Noe, no le convenía perder más tiempo porque le queda por conocer Machu Pichu y un poco de Perú antes de regresar a Argentina a finales de octubre.
Decidimos cortar camino... Así fue como el Party of 4 dió rumbo de vuelta hacia La Paz, para tomar camino hacia Copacabana y el famoso Lago Titicaca, dejando atrás Coroico y sus fiestas...